Itinerario de 10 días por Uzbekistán
Uzbekistán es un destino fascinante, lleno de historia, arquitectura majestuosa y mercados vibrantes. Viajar por este país es retroceder en el tiempo a la época de la Ruta de la Seda, entre madrasas, mausoleos y bazares.
Aunque el turismo está creciendo, sigue siendo un destino muy auténtico, con precios asequibles y una cultura profundamente tradicional.
Tras recorrer Uzbekistán durante 10 días, como dos mujeres viajando solas, podemos decir que nos sentimos seguras en todo momento. La gente local es muy amable y el ambiente tranquilo, aunque conviene recordar que es un país de vestimenta recatada, incluso con calor.
El único momento un poco agobiante fue a la salida del aeropuerto, donde varios taxistas insisten en ofrecerte sus servicios.
💡 TIP: En estaciones y aeropuertos te dirán que Yandex Go no funciona, pero no es cierto. Simplemente atraviesa el parking y podrás pedir tu coche sin problema desde la entrada.
Es seguro viajar a Uzbekistán?
Apps y links de utilidad
🚖 Yandex Go: Tipo Uber, con precios muy bajos y funcional en cualquier lugar
🚆Reserva con antelación los trenes en la web oficial: eticket.railway.uz
📱Airalo: Elige tu eSIM para tener conexión en el país
💳 Revolut: La mejor tarjeta para viajar
🏨 Booking: Para reservar tus alojamientos
Consejos prácticos
🚖 Taxis: La mayoría de los Yandex Go no tienen cinturones y el maletero suele estar ocupado con el depósito de gas, así que si viajas con mucho equipaje o más de dos personas, quizá necesites dos coches.
🔥 Visitas: Durante todo el viaje evitamos salir a explorar justo después de comer, cuando el calor es extremo, y aprovechar las tardes para visitar los lugares más emblemáticos. Con temperaturas más suaves, menos gente y la luz del atardecer, disfrutamos mucho más de cada visita.
💸 Precios: Los trayectos en Yandex cuestan menos de 2 €. Las comidas, entre 2 € y 5 € por persona.
💳 Dinero: Muchos hoteles y restaurantes no aceptan tarjeta. Saca efectivo antes del fin de semana: los cajeros suelen quedarse sin dinero.
🧕 Vestimenta: Aunque el calor aprieta, la población viste con recato. Es mejor evitar enseñar hombros o piernas. Solo hace falta cubrirse el pelo en las mezquitas.
🥙 Salud: Es un destino en el que conviene extremar precauciones con la comida y el agua y llevar seguro médico.
🎁 Souvenirs: Los mercadillos turísticos tienen precios inflados. Intenta regatear.
💧 Detalle curioso: En algunos grifos, el agua fría y caliente están cambiadas.
🍢 Comida: El “kebab” uzbeko es más bien un pincho moruno, no el enrollado típico de España.
🥙 Desayunos: Aun en hoteles buenos, no esperes un gran desayuno, suelen ser bastante básicos.
Ruta
Algunos de los sitios que visitarás en este viaje
Tashkent
Chorsu Bazaar
Plov Center
Madrasa Kukeldash
Samarcanda
Registán
Mausolo Gur-e Amir
Shah-i-Zinda
Bibi-Khanym Mosque y Mausoleum
Bazar Siyob
Hazrat Khizr Mosque
Bukhara
Po-i-Kalyan
Lyabi Hauz Square
Bolo Hauz Mosque
Fortaleza Ark
Ayozzhon Karvonsaroyi
Khiva
Ichan Kala
Kalta Minor Minaret
Kuhna Ark
Murallas de Khiva
Tashkent
Visitamos el mercado local Chorsu Bazaar, uno de los más auténticos del viaje, lleno de vida, pan recién hecho y verduras frescas.
Recomendamos probar el Plov, uno de los platos tradicionales en el famoso Plov Center.
Además puedes visitar la Madrasa Kukeldash, pasear por el río y ver el distrito de luces nocturnas.
🏨 Hotel Avant, muy buena habitación
Samarcanda
Iniciamos el día 2 cogiendo un tren a Samarcanda (llegada 15:00 h). Estuvimos 3 noches en la ciudad y probamos 2 alojamientos:
🏨Hotel Minor, frente al Registán, con una terraza espectacular.
🏨Bibikhanum Hotel, un hotel increíble justo pegado al Mausoleo de Bibi-Khanym.
Si tuviereamos que quedarnos con uno, sería Bibikhanum Hotel y para disfrutar de las vistas parecidas a las del primer hotel tomaríamos algo en la terraza Emirhan Restaurant.
Por la tarde visitamos el Registán. A las 19 hay un espectáculo de pago con un baile tradicional dentro del recinto y las 20:30 h hay espectáculo de luces (se puede ver desde fuera gratis o desde dentro).
Cenamos en la terraza de Чайхана Afandi Food: somsas y carne a la brasa. Muy recomendable.
El día 4 visitamos el Mausoleo Gur-e Amir (75.000 som), el Aksaray Mausoleum— no es muy conocido, un local muy amable abre la puerta y hace fotos por unos 10.000 som— y el Rukhobod Mausoleum, que alberga pequeños puestos de artesanía.
Comimos en nuestro ya favorito Чайхана Afandi Food y paseamos por el encantador Happy Bird Art Gallery, un patio lleno de talleres y tiendas locales.
Por la tarde fuimos a Shah-i-Zinda (100.000 som), uno de los lugares más impresionantes del viaje. Llegamos con luz y nos quedamos hasta el atardecer para disfrutar de la hora dorada y la iluminación nocturna.
Cenamos en Bibikhanum Teahouse, bonito y acogedor, donde probamos unos deliciosos manti de carne (dumplings uzbekos).
El día 5 Visitamos el Mausoleo de Bibi-Khanym (50.000 som), que no nos pareció especialmente destacable para su precio. Mucho más interesante fue el Bazar de Siyob, lleno de puestos de souvenirs, ropa y comida — eso sí, regatea, los precios para turistas son altos.
Paramos en el Art Café Norgis, una terraza con mucho encanto, y comimos en el restaurante Zargaron: correcto, pero caro en comparación con otros lugares que nos habían gustado más, no lo recomendaríamos.
Por la tarde fuimos a la mezquita de Bibi-Khanym, bonita por fuera pero algo decepcionante por dentro, ya que las mejores vistas se disfrutan desde el exterior (o incluso desde nuestro hotel). Terminamos el día paseando hasta la mezquita Hazrat Khizr y el mausoleo de Daniel, perfectos para ver el atardecer antes de que cierren.
Bukhara
🏨 Nos alojamos en el Golden Minaret Terrace Hotel, con una bonita terraza con vistas al Po-i-Kalyan, perfecta para ver el atardecer (aunque hay muchas terrazas similares en la zona). En general, los desayunos en los hoteles no destacan demasiado. Además la segunda noche probamos el Misgaron Hotel, nuevo, bonito y con una ubicación excelente. Para la combinación óptima dormiríamos en este segundo y visitaríamos al atardecer el rooftop del primero.
Comimos en el restaurante del Hotel Zargaron, con buenas vistas y comida correcta. Por la tarde salimos a pasear y visitamos la galería de arte Ayozzhon Karvonsaroyi, gratuita y muy interesante. La ciudad está llena de puestos y tiendas de recuerdos, ideales para curiosear.
Para cenar, nos quedamos con las ganas de probar Aladdin’s Lamp, un restaurante con música en directo y bailes tradicionales, que tenía muy buena pinta.
El día 6 cogimos el tren hacia Bujará. Al llegar a la estación, una vez más intentaron convencernos de que Yandex Go no funcionaba y que debíamos coger un taxi con ellos. No hagas caso: simplemente sal del parking y podrás pedir tu coche desde la entrada sin problema.
El día 7 visitamos la mezquita Po-i-Kalyan, donde es obligatorio cubrirse la cabeza y llevar pantalones largos. Visitamos las madrasas de Lyabi Hauz Square y la mezquita Bolo Hauz, a la que fuimos el viernes a las 13:00 para ver el rezo semanal. Es una experiencia muy bonita: cientos de hombres locales acuden y el ambiente es sobrecogedor. En la mezquita hay una pantalla con los horarios; nosotras fuimos antes para verla tranquila, ya que durante el rezo las mujeres no pueden acceder. Comimos junto al lago en la plaza Lyabi Hauz Square y, al caer la tarde, disfrutamos de la hora dorada y el atardecer en la fortaleza Ark de Bujará, una visita muy recomendable. Cenamos en Chalet, con música en directo y buen ambiente, aunque un poco caro.
El día 8 tomamos un tren cama de Bujará a Jiva, que sale a las 7:00 y llega sobre las 13:00. Al reservar, te recomiendo buscar un vagón con pocos asientos ocupados y elegir camas inferiores: son mucho más cómodas. Nosotras tuvimos suerte y viajamos solas en el compartimento, lo que hizo el trayecto muy agradable. Entregan sábanas y cojín (algo usados, pero aceptables) y pudimos dormir gran parte del viaje.
⚠️ Consejo: asegúrate de seleccionar “Bukhara 1” como estación de salida al pedir el taxi, ya que a veces te llevan por error a otra.
Al subir al tren, unos revisores intentaron ofrecernos una “private room”, pero preferimos no aceptar; probablemente te cobren un extra no oficial, así que mejor evitar ese tipo de “ofertas”.
También existe la opción de volar (unos 40 €, 1 h de trayecto), aunque la aerolínea local suele tener cancelaciones y reservas fallidas, así que el tren sigue siendo la opción más fiable.
Khiva
En Jiva, todo el encanto se concentra dentro de las murallas de Ichan Kala, la ciudad antigua. Al alojarnos dentro y llegar con Yandex Go, no tuvimos que pagar la entrada general (unos 250.000 som por persona), que normalmente incluye el acceso a varios museos y monumentos. Nosotras preferimos simplemente pasear y disfrutar del ambiente.
🏨 Nos alojamos en Shaheerezada Hotel
Ya en Jiva, pasamos el día paseando por la ciudad y cenamos en el Café Kheivak: bonito, pero con bebidas caras y sin precios en carta. Para cenar, recomendamos el Café Zarafshon, una terraza en plena plaza (aunque las mejores mesas están reservadas para grupos grandes).
El día 9 caminamos sin rumbo, perdiéndonos entre sus calles, conociendo patios escondidos y disfrutando del ritmo tranquilo de la ciudad. Recomendamos el Terrassa Restaurant para tomar algo o cenar; su pincho de carne con patatas (65.000 som, porción pequeña) estaba delicioso.
Al atardecer, pagamos 40.000 som para subir a la muralla desde una de las puertas. La vista fue preciosa, aunque descubrimos después que no toda la muralla está conectada, y en otro de los accesos hay un torreón con mejores vistas del atardecer. Por ello, pregunta bien al comprar la entrada qué puerta da acceso al mirador.
El día 10 regresamos desde el aeropuerto de Urgench (a una hora de Jiva) ya que hay vuelo directo a Madrid los lunes. Llegamos en Yandex Go por unos 82.000 som (≈5,7 €), un trayecto cómodo y sin complicaciones. Al comprar los vuelos, recomendamos reservar un asiento de emergencia para ir con más comodidad.